SATURNALES.-
Las Saturnales eran unas fiestas romanas celebradas del 17 al 23 de diciembre. Estaban dedicadas a Saturno, dios de la agricultura, representado como un hombre anciano, con espesa barba blanca y con una hoz. Los romanos pensaban que durante el reinado de Saturno, en tiempos muy antiguos, los itálicos vivieron una Edad de Oro, un período de paz, donde no había jerarquías y todos eran iguales, viviendo del trabajo del campo.
Con la celebración de las Saturnales se intentaba volver a esa edad antigua, de ahí que durante los días que duraba la fiesta, se invertían los papeles y todos actuaban como iguales.
Las fiestas comenzaban con un sacrificio en el templo de Saturno, seguido de un banquete al cual podía asistir todo el pueblo. Durante los días de fiesta, no se ejercían trabajos, se engalanaban las calles, la gente decoraba los árboles de sus casas y se daban regalos (entre los que destacaron las velas y las figuritas de arcilla).
Además, se hacían rifas donde la gente podía obtener premios de lo más insólitos (diez camellos, diez moscas, telas, una esponja…) Y la comida que más se consumía era una torta hecha con dátiles, frutos secos y frutas deshidratada; torta a la cual, desde el siglo III d.C., le introdujeron un haba, y quien la encontrara, era signo de un año próspero. Es el antecedente de nuestro roscón de reyes.
SOL INVICTUS.-
El Festival del nacimiento del Sol inconquistado (Dies Natalis Solis Invicti) indicaba que nacía un nuevo sol que vencía a la oscuridad y que a partir del final del solsticio de invierno (21 de diciembre) los días iban a hacerse más largos. Este Festival corría desde el 22 al 25 de diciembre representado según la mitología romana por el joven de gorro frigio, Mitra.
El título de Sol Invicto ganó popularidad por primera vez bajo el Emperador romano Heliogábalo, el emperador adolescente de la dinastía de los Severos que impuso el culto de El Gabal, Dios Sol de su ciudad nativa de Emesa (Siria).
Aureliano fortaleció la posición del dios del Sol, Sol (Invictus), como la principal divinidad del panteón romano. Su intención era dar a todos los pueblos del Imperio, civiles o soldados, occidentales u orientales, un solo dios en quien ellos podrían creer sin traicionar a sus propios dioses.
Los emperadores anteriores a Constantino grabaron al Sol Invictus en sus monedas oficiales, con la leyenda SOLI INVICTO COMITI continuando en época de este emperador hasta 323. Constantino decretó el 7 de marzo de 321 que el dies Solis, es decir, el domingo, sería el día romano del descanso.
Navidad proviene de la palabra latina nativitas (natividad) que significa nacimiento y se refiere particularmente al nacimiento del Sol Invictus que se celebraba cada 25 de diciembre; esto debido a que en ninguna parte de la Biblia se menciona la fecha exacta del nacimiento de Jesús.
El emperador Constantino I (306–337) había sido un seguidor de las tradiciones paganas (al dios Sol). Su conversión al cristianismo se debe a una visión que tuvo cuando vio una cruz frente al sol e iba con su ejército y escuchó una voz que le dijo «con este signo vencerás» (en latín: in hoc signo vinces, ‘con este signo vencerás’)?. Esto fue motivo para llevar el símbolo de una cruz en su estandarte y ganar la batalla del Puente Milvio.
Por tanto, la fiesta del Sol Invictus, se acabó mediante el célebre edicto de Tesalónica de Teodosio I el 27 de febrero de 380, en el cual el emperador estableció que la única religión del estado era el cristianismo niceno, prohibiendo de facto todas las otras. El 3 de noviembre de 383 el día de descanso, el dies solis, será renombrado como dies dominicus.